sábado, 13 de octubre de 2012

Proyecto TIC


Escenario

Recientemente la dirección de su institución educativa les comunicó a todos los docentes la necesidad de renovar las metodologías en las distintas áreas ya que algunos padres de familia han manifestado que sus hijos afirman que las clases son aburridas, pues no se hacen cosas relevantes para ellos. Esto explicaría ciertos comportamientos de “desafección escolar” que se han venido registrando en los últimos años y que ustedes mismos han analizado en más de una ocasión.
El director ha dicho que apoyará las iniciativas más creativas a fin de convertir a su institución educativa en un referente de innovación. En especial a través de un proyecto de competencias digitales para docentes y estudiantes. “No podemos cerrarnos al mundo de posibilidades que encierran las TIC para desarrollar las competencias que requiere la sociedad del siglo XXI”. Esta iniciativa ha generado el apoyo de la UGEL y han visto en su institución educativa un modelo para desarrollar a través de las TIC, las competencias ciudadanas. Sin embargo, como bien lo ha advertido el funcionario público: “Esto no será posible sin la participación activa de los todos los docentes”.

La dirección ha decidido que este proyecto de innovación TIC sea liderado por el equipo de FCC en razón de alto compromiso profesional, su continua formación profesional y porque considera que son ustedes quienes mejor entienden la importancia de la relación entre las TIC y las competencias ciudadanas.
El proyecto deben presentarlo en tres semanas y debe aplicarse a partir de marzo del próximo año. El director les ha reiterado que cuentan con su apoyo expreso y así se lo ha hecho saber a toda la institución educativa y a la propia UGEL.

viernes, 12 de octubre de 2012

Competencias digitales y competencias ciudadanas


En el contexto de la sociedad del conocimiento, la información circula a una velocidad acelerada, a través de medios y formatos antiguos y nuevos. Los desarrollos de la Web 2.0 han replanteado el rol del usuario, quien puede ser a su vez creador de información, diluyéndose y complejizándose la frontera entre autor y usuario. En esta misma línea, hay quienes crean conocimiento en una concepción de libre acceso a este, lo cual ha provocado tanto la crisis de antiguos negocios como la oportunidad para reinventarse. Se trata de una realidad compleja para la educación, donde la web no es la panacea, pero tampoco algo nociva en sí misma (Sancho 2008).

En el ámbito escolar, existe cierto consenso de que los niños y jóvenes están más cercanos a estas nuevas lógicas de creación y apropiación del conocimiento, pero cuando se trata de abordar su aprovechamiento en el aula para mejorar los aprendizajes, las opiniones están divididas, bien sea porque se cree que aún se está en un nivel incipiente o porque se piense en sus efectos nefastos para la escuela (“distractores del aprendizaje”) (Piscitelli 2010).
En el principio era el verbo
En la implementación de las TIC en la educación, influye mucho el ámbito de las concepciones previas en torno a las tecnologías y su eficacia. Al respecto, Pedró (2011) identifica dos posturas extremas: la del evangelismo tecnológico y la del pesimismo pedagógico. Ambas posturas son poco útiles para la ejecución de las experiencias con las TIC, bien sea porque no se cuestionan los supuestos e implicaciones, o debido a que todo lo que ocurre solo confirma su negativismo en torno a las nuevas tecnologías.
Por su parte, Litwin (2008) da cuenta de todo un recorrido histórico al respecto y nos recuerda que “cualquiera sea el dispositivo o ayuda elegida, esta se articula con los propósitos en los que la acción se inscribe, la concepción del sujeto de aprendizaje y la modalidad de enseñanza en la que se inserte” (Litwin 2008: 141). Por ello, conviene siempre ubicar desde el inicio la reflexión sobre la finalidad del uso de las tecnologías en la educación y explicitar la articulación de los niveles ontológico, epistemológico y metodológico de la acción educativa en que se enmarcan (Sagastizábal 2006). 
Esto supone plantearnos y respondernos preguntas como: ¿Cuál es mi concepción sobre el proceso de E-A? ¿Qué considero más pertinente para que los estudiantes aprendan?  ¿Qué posibilidades les doy a las nuevas tecnologías para el proceso de E-A? ¿Cómo me veo como docente de cara a las tecnologías? ¿Hasta dónde estoy dispuesto a conocer, experimentar, crear y compartir con las tecnologías? Definitivamente, no hay respuestas únicas ni cerradas.


Lo anterior tiene implicaciones concretas al momento de implementar experiencias tecnológicas en educación: nos devuelve a la pregunta inicial sobre la finalidad y le agrega la cuestión de la eficacia. Es bien sabido que en la escuela, lo que más suele ocurrir es la adaptación de la tecnología a las prácticas pedagógicas existentes, antes que lo contrario. Por ello, como plantea Pedró (2011) desde una perspectiva de posibilismo realista, es necesario identificar lo que funciona bien a fin de definir lo que se podría hacer mejor, porque una innovación que tiene un efecto disruptivo en la escuela, está condenada al fracaso a la luz de la literatura educativa (Fullan y Stiegelbauer 1997). 
Buscando un norte: las competencias digitales docentes
En el contexto actual de una sociedad cada vez más compleja, se requiere que estudiantes y docentes utilicen la tecnología digital con eficacia, pues esta puede ayudar a los estudiantes a adquirir las capacidades necesarias para llegar a ser competentes en el uso de las tecnologías de la información, en la gestión de la información, en la solución creativa de los problemas, así como en la circulación del conocimiento. Se trata, finalmente, de ayudarles a ser ciudadanos informados, responsables y capaces de contribuir a la sociedad (Unesco 2008).  Como se puede ver, las competencias digitales encierran un potencial amplio para los estudiantes y vuelven a conectar la educación con la sociedad y las competencias ciudadanas. En esta tarea, los docentes están llamados a cumplir un rol clave, pues son quienes pueden ayudar a los estudiantes a adquirir esas capacidades. Por ello, el desarrollo de las competencias digitales no escapa al ámbito de formación de los docentes. 

Una propuesta de ABP
Con estas ideas nos adentramos a experimentar con las TIC en un contexto didáctico de ABP, apoyados en el aprendizaje colaborativo. Fue un trabajo arduo de tres sesiones, 9 horas presenciales y otro tiempo virtual, aprendiendo, equivocándonos, corrigiendo, tomando atajos, para finalmente culminar una experiencia de aprendizaje distinta. Fuimos domesticando este espacio.

Docentes del PRONAFCAP en sesión TIC


Se aprende de forma colaborativa para lograr metas comunes

La estrategia empleada partió de una situación problema a resolver mediante el ABP












Estos videos que se encuentran en youtube documentan  algo de la dinámica de nuestro trabajo.


jueves, 19 de julio de 2012

“EL CIUDADANO NO NACE, SINO QUE SE HACE”

Esta ha sido quizá una de las sesiones más ricas en cuanto a diálogo, discusión, aclaración, reflexión, discernimiento: la formación en los valores ciudadanos.


Dialogamos a partir de nuestros saberes previos
Partimos de un diálogo abierto en torno a la relación entre educación y valores, ¿por qué y a qué nos referimos los docentes cuando decimos que los docentes formamos personas? Vimos que la pregunta encierra otras ideas discutibles. Para empezar, formamos personas integrales pues debemos atender múltiples necesidades e intereses, no solo cognoscitivas sino también afectivas y sociales. Coincidimos también en que educar supone un aprecio por la otra persona, un sentimiento, una valoración o un aprecio. Así encontramos en distintos pedagogos conceptos cercanos al amor, por ejemplo, lo que Don Bosco en el siglo XIX denominaba la amarevolezza (traducida como amabilidad). Nos preguntamos entonces: ¿Necesitamos amar a nuestros estudiantes? ¿Podemos realmente amar a nuestros estudiantes? 


Complejizamos la reflexión con los aportes de un filósofo colombiano, Amado Osorio (2006): no se puede formar a quien no quiere ser formado. La educación supone entonces una relación y un ejercicio de la libertad, finalmente la responsabilidad es del estudiante. Interesante perspectiva en medio de una época que evade las responsabilidades.


Observamos y dialogamos
Procedimos a analizar un pequeño corto "Zapatos nuevos"
  1. ¿Qué situación se refleja en la presentación?
  2. ¿Qué valores están ausentes?
  3. Piensa en una situación concreta que permita visualizar las implicaciones de una situación como la presentada en el ámbito de la convivencia ciudadana.


Cada equipo formuló su caso. Veamos "el caso de Luis":




La reflexión y el trabajo en equipo dieron sus primeros frutos que fueron plasmados en un organizador de información. Se abrió entonces el momento de compartir lo trabajado y ponerlo en discusión con los demás compañeros. ¡Qué riqueza en los aportes de varios de ustedes! ¡Qué reflexiones tan clarificadoras y problematizadoras!



Lydia Michilerio disertó sobre la importancia de la coherencia con respecto a los valores que predicamos con la palabra y lo que hacemos mediante nuestras acciones. 



Marianella Sánez nos hizo caer en la cuenta de la importancia de reflexionar con los más pequeños, aprovechando las circunstancias de la vida que dan la oportunidad para abordar ciertos problemas y valores. 


Mary Vivanco nos aportó una reflexión sobre las actitudes violentas que a veces los docentes tenemos con nuestros estudiantes. La formación en valores ciudadanos como la cultura de paz debe partir entonces de nuestra propia relación con nuestros estudiantes.



Surgió también una pregunta provocadora sobre la existencia de una jerarquía de los valores, lo que propició un primer intercambio de ideas. Al final, se concluyó que esta jerarquía dependía de factores tanto individuales como culturales.   






Sin embargo, desde la perspectiva de los valores ciudadanos hay un conjunto de valores que es importante desarrollar. Para ello recurrimos a la propuesta de Adela Cortina (2010).


Antes que una jerarquía de valores, Cortina propone una relación dinámica entre los valores ciudadanos. Ella nos recuerda que "educar en la autonomía, en la ciudadanía activa, supone pertrechar a niños y jóvenes también de razones y ayudarles a ponderar cuáles son las más poderosas, de forma que puedan ir decidiendo por su cuenta" (Cortina, 2010, p. 99).


Referencias:
Cortina, A. (2010). Los valores de una ciudadanía activa. En: Toro, B. y Tallone, A. (Coord). Educación, valores y ciudadanía. Madrid, España: OEI/Fundación SM.


Osorio, A. (2006). Filosofía, filosofía de la educación y didáctica de la filosofía. Manizales, Colombia: Universidad de Caldas.



Estrategias lúdicas para la formación ciudadana: la oca ciudadana

El juego es una de las actividades humanas más antiguas y una de las de mayor potencial pedagógico. A veces se cree que solo es pertinente su uso con los niños más pequeños, pero el jugar y aprender a través del juego es muy útil para todas las edades.




Detrás del juego emergen un conjunto de saberes previos y de habilidades sociales que contribuyen a reforzar el aprendizaje de actitudes y valores.


En esta ocasión el grupo experimentó con el juego de "La oca de la ciudadanía" del autor César García Rincón Castro. Este juego busca conocer y desarrollar la conducta prosocial y la convivencia democrática.


La actividad se desarrolló en 3 momentos:


A. Momento de preparación
Cada grupo recibió los materiales. Debieron en primera instancia interpretar el juego de manera colaborativa, pues no se dieron consignas. Luego, procedieron a completar algunos instrumentos que les permitieran jugar. Aquí pusieron en juego su creatividad y se pudo ver como ante un mismo referente (módulo del juego), cada equipo innovó variantes.






B. Momento de jugar
Luego de esto vino el momento de jugar, de distensión y de aprendizaje.


C. Momento de la reflexión y metacognición
Posteriormente, cada equipo hizo su proceso metacognitivo de la experiencia a partir de las siguientes indicaciones:

  1. 1.¿Para qué lo emplearíamos en clase?
  2. 2.¿Qué habilidades hemos reforzado?
  3. 3.¿Qué conocimientos hemos reforzado?
  4. 4.¿Qué actitudes hemos puesto en acción?







Si como adultos disfrutaron de la experiencia, cuánto más nuestros estudiantes. 


domingo, 24 de junio de 2012

SE APRENDE HACIENDO, DIALOGANDO, REFLEXIONANDO

De una forma vivencial y reflexiva, los docentes experimentan diversas estrategias, metodologías y técnicas que faciliten los aprendizajes del área de Formación Ciudadana y Cívica. 


En varias ocasiones se parte del análisis de problemas.


Se trabaja el enfoque colaborativo de manera sistemática ayudando a los equipos a colaborar a fin de lograr las metas y  desarrollar sus habilidades sociales. De esta manera aprenden  dialogando, discutiendo, estableciendo consensos, indagando, etc. Pues como afirma Coronado (2008): “Solo en el convivir pueden adquirirse el conjunto de competencias, de habilidades sociales: se aprende a escuchar, a expresarse, a sostener puntos de vista, a rehusar y a consentir, a cooperar y conducir, y también lo contrario” (P. 94).



Los productos elaborados por cada equipo se comparten luego en plenarios, o empleando como en este caso la técnica del museo.





 


Luego de elaborar colaborativamente sus propios trabajos, los docentes observan los trabajos de los demás equipos a fin de establecer semejanzas y diferencias.


Una pequeña parte del trabajo filmado.